La cámara digital fue
otra sorpresiva creación que marcó al hombre. Con su tecnología de sensores,
reemplazo y desplazó por completo la antigua técnica analógica de películas
fotosensibles. La cámara digital fue sinónimo de fotografía al instante,
rapidez y sencillez de proceso. Ahora solo basta con obturar para luego obtener
una visión en la pantalla de cómo salió la fotografía.
Ventajas:
Sus dimensiones son tan reducidas que se
pueden llevar y transportar cómodamente en el interior de un bolsillo, y
utilizarse en cualquier lugar, ya sea en exteriores o en interiores, pues la
mayoría disponen de flash interno integrado.
Las de gama alta son más voluminosas y
pesadas, pero ofrecen mayores posibilidades de obtener mejores resultados con
una calidad-precio ajustada. Por otra parte, para los fotógrafos aficionados y
para los menos avezados estas cámaras ofrecen también la posibilidad de enfocar
y realizar los ajustes de abertura de lente y velocidad de obturación en modo
completamente automático.
Además de la pantalla LCD (de cristal
líquido) que poseen y permiten encuadrar y enfocar la imagen, algunos
fabricantes de cámaras digitales mantienen todavía el visor óptico tradicional,
aunque esta última opción está desapareciendo en los últimos modelos de gama
baja y media que están saliendo al mercado.
Desventajas:
Precio elevado en modelos compactos de gama
alta y sobre todo reflex, aunque últimamente ha bajado bastante en las cámaras
de gama media, acercándose cada vez más al que tenían las anteriores cámaras
fotográficas convencionales analógicas dentro de esa propia gama.
Grandes posibilidades de rotura por descuido
de la pantalla LCD de cristal líquido, sobre todo las que tienen mayor tamaño
(entre 2,5 y 3 pulgadas), dejando la cámara completamente fuera de servicio.
Alto consumo de baterías cuando mantenemos
encendida durante mucho tiempo la pantalla LCD del visor.
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